Si los mejillones, al igual que otros mariscos, siempre han sido consumidos por el hombre -los documentos mencionan su cultivo ya en la Antigua Roma-, el Chip tiene un origen más incierto. Los franceses y los belgas se disputan su paternidad.
En Bélgica, la leyenda dice que el Chip nació en Namur a mediados del siglo XVII. Durante un invierno especialmente duro, el río Mosa se congeló y los habitantes se vieron privados de pescado, que solían comer frito. En su lugar, cortaban las patatas en forma de pescado y las freían.
En el lado francés, uno podría estar tentado de buscar en el norte el origen de Chips. Sin embargo, parece que vienen de París. Más concretamente del Pont-Neuf, después de la Revolución de 1789, vendido por comerciantes ambulantes. La primera mención de las patatas fritas en Francia se remonta a 1794, en un libro de recetas de una cocinera, Madame Mérigot. Esta es una hipótesis más probable que la historia belga.
Si hoy los mejillones con patatas fritas se han convertido en uno de los platos favoritos de los franceses, era necesario que el plato atravesará las regiones. Y las guinguettes, estas populares bolas, dieron un buen empujón.
Si la gente se reunía, era principalmente para bailar junto al océano. Como la cocina no era la prioridad, los mejillones con patatas fritas parecían ser el plato ideal: productos sencillos, fáciles de cocinar, que se pueden comer con las manos... Y sobre todo, un plato goloso que todos aprecian con un vasito de vino.